Conceptos y conexiones

Los conceptos se han ordenado tradicionalmente en forma de árbol del Ser, presidido por el concepto de Dios («Yo soy el que soy») del que derivan todos los demás, como en la imagen a la derecha.

Por el contrario, en la existencia humana, los conceptos, palabras y emociones se adhieren a cada situación formando una red de conexiones como en la imagen a la izquierda.

Las estructuras jerarquizadas, como el árbol, siempre acaban produciendo paradojas.

En cambio, las redes de conexiones cambian con el tiempo, como cambian nuestros sueños, vivencias y recuerdos.

Un glosario con los significados de cada uno, se esconderían aún más. Y si intentase ordenarlos en una jerarquía, como antes se hacía en filosofía, se rebelarían contra sus «jefes». Así que he optado por pasear entre ellos en borrico(1) y sentarme a veces a contar alguna historia en que estén involucrados.

Desde un punto de vista estético, las reglas y significados que rigen la vida cotidiana se llenan de paradojas (2). Cobran vida,como si se tomase la pócima «bébeme» que usó Alicia para atravesar la puerta que conducía al país de las maravillas, donde rigen las reglas de la física cuántica(3) en vez de las de Newton.

Estéticamente, lo que es diferente parece conectado. Lo cual tiene algunas ventajas.

Conceptos y conexiones 2En este gráfico he mostrado algunos conceptos conectados por una red de caminos. Podemos imaginar que esos senderos rodean los conceptos sin llegar a tocarlos. Pero nos permiten contemplarlos desde diversos ángulos. Así los conceptos adquieren un sentido enriqueciéndose al mostrarse en conexión con otros.

Por ejemplo, si partimos del concepto «sentido» (4) hacia la «pregnancia» (5), por uno de los itinerarios posibles, al comienzo la idea de sentido (6) no nos dice apenas nada; recoge al pasar algo de la «situación», o de su estado de «abierto y cerrado» (7) o porque «trasciende» (8) hacia algo desconocido o porque posee algún «valor». Y cuando al fin llegamos al concepto de «pregnancia», entendemos que se trata del «sentido»; pero de un sentido enriquecido con nuevas posibilidades(9) que ha ido encontrando en el camino. En resumen, tras el recorrido, sabemos más de la «pregnancia»; y también sabemos más del «sentido». Entiendo que la tarea del pensamiento es hacer esos recorridos de búsqueda.

Curiosamente lo mismo es aplicable al concepto de arte, al menos desde que se independizó de la belleza(10). En palabras de Peter Weibel: “El arte actual tendría más que ver con una disposición que todos tenemos a establecer conexiones y relaciones entre conceptos que, en un principio, parecían incompatibles”.

Yo no sé si todos tenemos esa disposición o si la tenemos de niños y luego la perdemos, al esforzarnos en adquirir un pensamiento «práctico», es decir, fraccionado.

Porque lo que consideramos normal en la vida cotidiana, es un producto histórico. Resultado de un proceso que se inició en el Renacimiento, se consolidó en la Ilustración y que llamamos modernidad o mundo moderno. Es la cultura que recibimos y que nos dice que las cosas existen separadas unas de otras y separadas de nosotros; independientes de nosotros. Y que nosotros existimos independientes unos de otros y de cuanto nos rodea.

Las ciencias modernas han hecho mucho para llegar a esta concepción, que no es más que un modelo simplificado de la realidad, que ciertamente simplifica la vida y nos da una precaria sensación de seguridad.

El arte y la experiencia estética aportan una mirada complementaria a la ciencia. Y a menudo contradictoria con ella.

Conceptos y conexionesEstéticamente, los conceptos también pueden relacionarse en el tiempo, como cuentas de un collar que forman un relato. Las historias contienen personajes, conceptos y otras historias formadas por personajes reales o ficticios. La sabiduría humana empezó a desplegarse en relatos transmitidos oralmente, antes de existir la escritura y antes de que los rabinos comenzasen a codificar el saber mediante dicotomías como culpable-inocente y los filósofos griegos como verdadero-falso.

Heidegger, en su segunda época en busca del sentido de lo que llega-a-ser, usó otra técnica: la del viaje en torno a los conceptos. Utilizaba los conceptos como piedras en las que apoyar el pie en un arroyo, para rodear la cuestión central, demorando llegar hasta ella, intentando enriquecerla sin llegar a tocarla. Gregory Bateson en ‘Espíritu y Naturaleza’ (1979) se refirió a un proceso similar de exploración, en busca de «la pauta que conecta».

Como otros artistas desde su experiencia artística, Oteiza hacía lo contrario de Heidegger: se lanzaba al vacío de cabeza, haciendo afirmaciones sugerentes imposibles de refutar; y por tanto (lo sabemos por Popper), imposibles de confirmar. Cuando decía: «estéticamente, esto es verdad», podía llegar muy lejos. Y eso también tiene sus peligros. Decir «estéticamente» es como decir «poéticamente» o «en el marco de una historia de ficción». Es casi como decir «teológicamente»; uno puede creérselo a pie juntillas y estar dispuesto a morir (o matar) por ello, sin que sea verdad fuera de uno mismo en la situación en que se encuentra implicado personalmente. Así uno puede quedar apresado en un delirio.

Pero ¿por qué habría que pensar estéticamente acerca de los conceptos de la estética? ¿Por qué no tratarlos científicamente? La respuesta es que las ciencias y el marco filosófico en que se encuadran distan aún de poder abordar los fundamentos del ser estético. Y ello a pesar de los diversos intentos de exploración a lo largo de los siglos. La base material de la experiencia estética es el cerebro humano. Pero la ciencia actual ve el cerebro como hace cuatro siglos se podía ver la luna o el cuerpo humano.

Pare que algún día lleguen a construirse teorías científicas verificables (y falsables) antes hay que arriesgarse a formular hipótesis. Y eso requiere atreverse a pensar con los medios que tenemos.
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indice del blogmapa-de-conceptos_200Para navegar por este blog puede utilizarse también este mapa de conceptos.
También puede utilizarse su Indice de entradas.

(1) «Volver al borrico». siguiendo a Félix de Azúa: Diccionario de las Artes. Ed. Random H. 201, pág. 19. que ha publicado un estupendo ensayo vestido de diccionario.

(2) Ver más acerca de las Paradojas: Se acabaron las alegres y confiadas mañanas.

(3) Ver Física cuántica y estética existencial.

(4) Ver El sentido del ser.
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(5) Ver Pregnancia en Oteiza.
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(6) Ver Situación e ideas salvajes.
.

(7) Ver Abierto y cerrado.
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(8) Ver Entrevista a Oteiza sobre ser estético y vacío trascendente.

(9) En la filosofía anterior al siglo XX, los conceptos se enriquecen con nuevas determinaciones, que delimitan su significado recortando su marco de referencia. Sin embargo, estéticamente, las nuevas conexiones no aportan determinaciones, sino posibilidades, que enriquecen su sentido, ampliando su marco de referencia: Goffman: marcos de referencia.

(10) Ver Belleza y fealdad.

2 comentarios en “Conceptos y conexiones

  1. ¡Qué difícil hacer un mapa de conceptos! Y qué esclarecedor para los que seguimos tu blog.
    El recorrido de un concepto a otro me recuerda a la experiencia del camino de Santiago que cuentan los que lo han hecho. Durante el recorrido se van encontrando con otros peregrinos desconocidos, de todas las nacionalidades y oficios. Hacen un trecho juntos, charlan un rato, se alejan, se vuelven a encontrar… Y así cada día. Al final del recorrido, todos dicen que les ha cambiado la vida, ya sean ateos o «teos».
    A tus conceptos les ocurre algo parecido, ¿no te parece?

    1. Completamente de acuerdo. Los conceptos, como personajes, hablan entre ellos, pelean o colaboran (todo en nuestra mente, también y especialmente cuando dormimos). Sólo hay que escucharles. Es una manera divertida de pensar.

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