Lenin y la Appassionata

Lenin_mitin_5_5_1920A Lenin le gustaba la música.
Pero no quería que le gustase.

Porque la música le hacía más difícil golpear sin piedad las cabezas de la gente.

Conocemos esta historia por Máximo Gorki, el escritor soviético, famoso por las obras en que contó apasionadamente la entrega personal en la revolución.

GorkyA la muerte de Lenin en 1924, Gorki publicó un artículo(1), en el que relata un suceso, del que no precisa la fecha, pero que podemos situar entre el triunfo del golpe de estado bolchevique de Octubre de 1917 y 1920 cuando el propio Lenin aconsejó al escritor que se exiliara por un tiempo.

Gorki y Lenin asistieron a un concierto de piano en casa de la ex-mujer del escritor, Yekaterina Pávlovna Peshkova, donde el pianista Isai Dobrovein interpretó la sonata para piano nº 23 de Beethoven, conocida como la Appasssionata (2). Al terminar la audición, Lenin comentó:

«No conozco nada mejor que la Appassionata. Podría escucharla todos los días. ¡Qué música asombrosa, sobrehumana! Me hace sentir orgulloso, ingenuamente, de que la gente pueda crear tales milagros».

Arrugando los ojos, sonrió con tristeza, y agregó:

«Pero no puedo escuchar música a menudo; me altera los nervios. Me dan ganas de decir cosas amables y estúpidas, y dar palmaditas en la cabeza a la gente que, viviendo en este sucio infierno, pueden crear tanta belleza. Actualmente no se puede acariciar la cabeza de nadie. Te podrían arrancar la mano de un mordisco. Hay que golpear esas cabezas sin piedad. Aunque, idealmente, estemos en contra de cualquier clase de violencia. Sí… tengo un trabajo endiabladamente difícil.»

¿Por qué la Appassionata es tan apasionante?

Fue el editor quien puso a esta sonata el nombre «Appassionata». Lo que indignó a Beethoven, porque «todas» sus sonatas debían ser tocadas apasionadamente.

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Ludwig van Beethoven en 1803, época en que compuso la Appassionata

El gran compositor estaba dando inicio al romanticismo musical y sabía muy bien que la música existía para compartir sentimientos y pasiones. La forma sonata existía desde el barroco, 200 años atrás. Durante el clasicismo (1750-1810) solía constar de cuatro movimientos, de los que el tercero era una danza. Pero en ésta sonata no hay sitio para danzas. Todo ella se mueve entre extremos: entre lentitud y velocidad frenética; entre las notas más graves del piano y las más agudas; entre la euforia y la depresión; entre el heroísmo y la derrota; la tempestad y la desesperación.

Beethoven frente a Lenin

Ludwig von Beethoven tenía 34 años en 1804 cuando estrenó la Appassionata. Su gran amor por una dama de la nobleza estaba condenado al fracaso por las rigurosas restricciones sociales de la sociedad vienesa. Y desde cuatro años antes, experimentaba una creciente sordera y llegó a plantearse el suicidio, porque ¿qué puede haber peor para un músico que volverse sordo? Pero no se suicidó, porque tenía una tarea pendiente(3): la de realizar las posibilidades que percibía en la música y que debía descubrir, explorar y concretar. Esta sonata la compuso en su período intermedio como creador, que se conoce como «heroico», influido por las victorias de Napoleón en Italia.

Vladímir Ilich Lenin nació cien años después de Beethoven y también tenía una misión: hacer triunfar la revolución en Rusia, aún en contra de los consejos del fundador del marxismo. Marx no creía que debiera intentarse una revolución obrera en Rusia o China, sometidas a culturas tiránicas durante siglos. Pero Lenin, apenas llegó a hacerse con el poder, en 1917, supo que la arterioesclerosis acabaría pronto con su vida y -Beethoven- también decidió luchar hasta el final.

La actividad frenética distinguió a estos dos hombres. Pero había una gran diferencia entre ambos. Mientras que Beethoven expresaba sus sentimientos en la música, Lenin encontró en esos mismos sentimientos un obstáculo para el objetivo de su vida. Beethoven nos hizo más humanos o más conscientes de nuestra común humanidad. Stalin1Para Lenin, por el contrario, esa humanización «burguesa» era un obstáculo y la relegó a ser una posibilidad negada (4). Al morir Lenin, le sucedió Iósif Stalin, un monstruo carente de remordimientos.

Deconstruyendo la Appassionata

Esta sonata consta de tres movimientos. El primero, en Fa menor, comienza con un tema que, desde las tres primeras notas, ya anuncia lo que se avecina: la oscilación entre ilusión y desilusión. Sigue aquí el primer tema:

Antes de 60 segundos ya ha subido hasta una de las notas más altas del teclado, Si♭7 , para desde allí despeñarse hasta Sol2 , casi 6 octavas por debajo, en esa época la nota más grave del piano. Puedes seguirlo aquí:

Durante los 10 minutos de este primer movimiento se alternan dos temas y sus variaciones. Pero cuando uno de ellos parece que asciende en un sentimiento heroico de euforia, vuelve de inmediato al abatimiento (o viceversa). Sigue aquí el tema 2º del primer movimiento:

El segundo movimiento es lento como un himno. Formado por un tema que se repite con cuatro variaciones.
Este movimiento termina con un acorde de séptima disminuida como un trueno que nos lleva sin pausa al tercer movimiento.

El tercer movimiento está en modo mayor. Es un allegro muy rápido y «apasionado». Podría esperarse un final triunfal después de tanto esfuerzo. Como el que esperaban los bolcheviques que saltaron las verjas del Palacio de Invierno en Octubre del 17, y descubrieron la bodega donde celebrarlo. Pero Beethoven tenía su propia experiencia existencial: adonde nos baja, es a la dura realidad: el final es el comienzo. Ahí es cuando empiezan los golpes de verdad.

btsn_partit_m3iniY así sigue 7 minutos en un torbellino de notas muy cortas y golpes «despiadados». Como este frenético pasaje:

¿Cómo acaba todo esto? Es que no puede acabar. La sonata termina con una tensión sin resolver, que ha sido calificada de «agónica», «desesperada» y «que deja sin aliento».

Si has llegado hasta aquí, éste es el momento de releer la confesión de Lenin a Gorki. Creo que Lenin comprendió en ese instante que él estaba haciendo –realmente- un trabajo de demonios.  Que el triunfo de esa revolución llevaría al fracaso de los ideales que le habían impulsado a luchar por ella. Que ese idealismo heroico terminaría en tortura, agonía y desesperación: el rostro oculto de la Revolución. Porque la violencia engendra más violencia. No me extraña que Lenin saliese del concierto con sentimientos tan contradictorios hacia la música, que es capaz de elevarte al cielo, y luego dejarte caer en el infierno que has contribuido a crear, ayudado por tu propia vanidad(5).

Y ahora sí puedes ver y oir, si lo deseas, a Daniel Barenboim interpretando al piano la sonata completa (24 min.):

Epílogo

Beethoven murió a los 57 años. Su sordera le impidió oír las últimas obras que compuso. Pero no importaba, porque sonaban en su cerebro. Sólo tiempo después fue reconocida la aportación revolucionaria de su música.

Lenin murió a los 54 años, tras varios accidentes cerebrales causados por la arterioesclerosis que padecía desde años atrás. Le sucedió Stalin, a quien lo único que le interesaba de la música y de cualquier arte, era el verse reflejado en ella como un dios. Ha pasado un cuarto de siglo desde que cayó el muro de Berlín. Ahora sabemos que el comunismo fue un experimento fallido de corta duración.

Máximo Gorki volvió a Rusia y acabó sus días en 1936 rindiendo culto a Stalin.

Su primera mujer Yekaterina Pávlovna, anfitriona del concierto,  se convirtió en activista de los derechos humanos y consiguió salvar a algunas víctimas de las purgas estalinistas.

Notas y enlaces a otros posts

(1) Máximo Gorki: “Vladimir Lenin ha muerto” (1924). Verlo en inglés.

(2) Según otra versión, lo sonata interpretada por Dobrovein ante Lenin habría sido la Patética de Beethoven, compuesta cinco años antes que la Apassionata. Ambas son tristes, aunque se diferencian en su final. El de la Appassionata no es alegre, sino desesperanzado. En cualquier caso, según el testimonio de Gorki, el sentido que Lenin atribuye en el primer párrafo a la obra que acaba de escuchar, lo refiere en el segundo párrafo a la música en general: «No puedo oir música a menudo…». Recomiendo al lector que escuche las dos sonatas y saque sus propias conclusiones. Aquí la Patética Sonata Op 13 de Beethoven

(3) Tener una misión por cumplir, da sentido a la vida, como descubrió Viktor Frankl: en busca del sentido.

(4) Ver Wolfgang Iser: el acto de leer. Cuando las posibilidades negadas se hacen visibles.

(5) Ver Yo no mato… yo ejecuto. O cómo la revolución transforma a las personas.

– Ver también la transformación de Mao, Cuando uno se convierte en dos.

– Hasta llegar al fondo del pozo del Horror.

11 comentarios en “Lenin y la Appassionata

  1. ¡Qué dramáticas las palabras de Lenin! Despiertan compasión por el personaje. Tener que atar toda emoción -siendo capaz de sentirlas intensamente- en pro de una «misión» ineludible, de un destino, es propio de una tragedia griega.
    ¿Se sentirán así todos los promotores de las revoluciones, o serán sólo seres yermos?
    En todo caso, las revoluciones producen siempre sufrimientos, pero a veces progresos extraordinarios, como la Revolución Francesa. ¿Crees realmente que Lenin pensaba que la suya estaba abocada al infierno exteminador de Stalin?
    ¡Extraordinario tu post, José Luis! Una vez más consigues descolocarme…

  2. Tus preguntas son muy interesantes y también difíciles de contestar. Me parece significativo que Lenin fuera capaz de hablar a otro de sus contradicciones entre razón y sentimientos. Eso es humano. Pero supongo que fue una excepción. Quizás en ese instante se dio cuenta de la que podía armar Stalin, porque le conocía demasiado bien para hacerse ilusiones. Somos una especie animal bastante extraña.

    1. Precisamente este rasgo tan humano hace de Lenin un personaje tan dramático. Parece que no es que «no le gustaba que le gustase» la música, sino que no podía permitirse el placer de sus «efectos secundarios».
      José Luis, yo no creo que ningún ser humano pueda imaginar ni remotamente lo que Stalin hizo. Bueno, Hitler, sí. ¿Pero era humano? Otro tema interesante: el nazismo y la música. ¿Se puede ser a la vez un genocida y amante de la música clásica, como se ha dicho, o sólo era propaganda? Y otra pregunta más: ¿qué tiene la música militar para que no despierte los sentimientos a que aludía Lenin?

      1. Al leer tu comentario anterior pensé que, para responderlo, necesitaría escribir un post. Para éste, necesitaría un blog entero. ¡Y yo que temía quedarme sin temas!
        He intentado responder al menos a tu última pregunta sobre la música militar y he tenido que desistir. La música militar es más simple en ritmo, melodía y armonía, porque nació para ayudar a los soldados a marchar, sin romper la formación, sobre todo si les están disparando. Sin embargo, una marcha cualquiera de Sousa puede suscitar cualquier clase de sentimientos, según la experiencia del oyente. Acabo de hacer la prueba con una al azar y me ha puesto los pelos de punta, seguramente por algún eco de mi infancia. El circo no habría sido lo mismo sin esas marchas.

  3. Me parece extraordinario el trabajo que has hecho con la «Apassionata» de Beethoven, y me encantaría poder seguir de esta forma también el segundo movimiento, por ser el espacio de sosiego, de calma, el claro del bosque, entre tanta y tanta tensión. Parece como si el comienzo y el final fueran su estado natural, su casa, a la que necesita volver, para seguir luchando más y más contra tanta rama retorcida que le enreda y le niega la luz y el aire.

    En cuanto a Lenin, la razón, los sentimientos…, efectivamente, es una cuestión apasionante, y da para mucho. Y, por ello, gracias, Jose Luis. Nos has recordado que hay un montón de preguntas sin responder, y que, si empezamos a hacerlo, surgirán nuevas dudas, y, así, como en la música de Beethoven, continuará la tensión.

    1. Es verdad que cuando empezamos a pensar, de cada respuesta surgen nuevas preguntas, como en la música, y continúa la tensión, es decir, la vida. Quizás la vida sea esa tensión por des-encubrir lo que aún permanece oculto (y que nos hemos ocultado). Lo que este blog está haciendo conmigo y que tú has visto tan claro. Muchas gracias.

  4. Un alumno me ha hecho llegar este poema de Bertol Brecht, e inmediatamente he recordado tu trabajo sobre la Apassionatta, y las reflexiones que has dejado abiertas sobre Lenin, razón, música, sentimientos…

    «A los hombres futuros:
    Vosotros, que surgiréis del marasmo en el que nosotros nos hemos hundido, cuando habléis de vuestras debilidades, pensad también en los tiempos sombríos de los que os habéis escapado. Cambiábamos de país como de zapatos a través de las guerras de clases, y nos desesperábamos donde sólo había injusticia y nadie se alzaba contra ella. Y sin embargo, sabíamos que también el odio contra la bajeza desfigura la cara. También la ira contra la injusticia pone ronca la voz. Desgraciadamente, nosotros, que queríamos preparar el camino para la amabilidad no pudimos ser amables. Pero vosotros, cuando lleguen los tiempos en que el hombre sea amigo del hombre, pensad en nosotros con indulgencia.»

  5. No es matar gente es matar los problemas, stalin sabia que la urss iba a desaparecer y mas rápido aun con la amenaza de los países imperialistas como lo es EE.UU, Reino Unido, Francia, si empezaba a aparecer opositores apoyados por esos tres países, la mejor forma era la muerte, porque la muerte soluciona todo, no hay hombre, no hay problema, y eso es una realidad. El no buscaba amigos, el busca patria es decir libertad para el y para el pueblo cosa que lo arrebataron estos tres países con propaganda anti-comunista en la guerra fría y lo lograron, el muro de berlin es un ejemplo y la caída de la urss a manos de un traidor, la historia lo testifica solo que la historia lo escribe los vencedores y la humanidad pensó que se había liberado de un «mal» como lo es el comunismo todo lo contrario, el neo-liberalismo se expandió rápidamente por el mundo y en solo 25 años la humanidad se fue a la mierda, a la velocidad de la luz. Mira la tv, la radio, la internet ahí esta la prueba. O están tan ciegos para no creer que si las cosas están mal en el mundo son por las sociedad capitalistas que fomentaron el neo-liberalismo. Hoy en día y probablemente en el mundo son satanizados por la propaganda anti-nazi y anti-comunistas estos dos lideres que cambiaron la historia de su nación para siempre, y me refiero a hitler y stalin.

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